La masticación es una de las funciones más relevantes del sistema masticatorio. No sólo fue diseñada por la naturaleza para “hacer la molienda “ de los alimentos e iniciar así el proceso digestivo de éstos, sino que además forma parte activa del neurodesarrollo y la salud de funciones cognitivas, de lenguaje y memoria. Tanto es así, que la falta o debilidad de la función masticatoria, promueve deterioro cerebral, siendo uno de los factores de riesgo de enfermedades demenciales.
La masticación como tal, es una función que se aprende. Y si bien su desarrollo no sucede en forma espontánea ni aislada de los procesos de desarrollo físico, sensorial, emocional y motor durante la vida intrauterina, el período de transición de la lactancia materna a la alimentación sólida ofrece una invaluable oportunidad para iniciar este aprendizaje. Así como se estimula a los bebés en numerosas áreas de sus vidas, se debe comprender que la masticación también se debe estimular adecuadamente.
Dado que en la vida moderna, especialmente en las grandes ciudades, vivimos a una distancia considerable de nuestros “recuerdos y hábitos ancestrales” , cuyo resultado se revela en los trastornos neurosensoriales, odontológicos, del lenguaje, posturales y muchos otros, se hace necesario el trabajo multidisciplinario para educar en un aprendizaje sano de la masticación.
¿Cómo concebir un aprendizaje de la masticación sin considerar la nutrición? Stéphanie Riedel, nutricionista biorreguladora, con amplia experiencia además en el tratamiento y educación de una nutrición especializada para niños alérgicos alimentarios, nos acompañó en este live, ayudándonos a comprender los hitos de crecimiento de los bebés y cómo adaptarlos a la realidad da cada niño, de cada familia, en relación a la nutrición, a la digestión y la madurez motora y sensorial.