¿Cómo hago para dejar el azúcar?

Invitada Stéphanie Riedel

Nutricionista biorreguladora y certificada en dieta antiinflamatoria

Temáticas tratadas: Volver a la cocina, cocinar en casa, identificar el hambre del deseo de un momento de placer que puede ser reemplazado por una actividad, en qué alimentos están los carbohidratos, disminuir porciones, ampliar la diversidad de alimentos, aliñar con hierbas y especias.

Sobre la entrevista

El exceso de consumo de azúcares está vinculado a una enorme complejidad de sucesos encadenados de orden biológico, social, cultural, psicológico, fisiopatológico que sin duda se gestan en el núcleo familiar cuando pensamos en los hábitos de los niños, pero que obedece a una verdadera “cultura del azúcar hecho amor o del amor hecho azúcar”.

La afinidad del sabor dulce nos acompaña desde la 20a semana de gestación. El feto traga mayor cantidad de líquido amniótico cuando éste es dulce. Desde las primeras horas de vida, el bebé manifiesta una preferencia por el sabor dulce, que sin duda está evolutivamente ligado a su capacidad de aportar calorías, necesarias para la vida. Sin embargo, la exposición repetida al sabor dulce y a los alimentos que contienen carbohidratos refinados, los vuelven adictivos.

Si a eso sumamos que culturalmente los “dulces” se vinculan fuertemente con las expresiones más variadas de cariño y amor, que además pasaron de ser alimentos que se cocinaban en casa, a ser fabricados por la industria, distribuidos ampliamente al alcance de cualquier bolsillo y la mayoría de las veces de mala calidad nutricional, se termina de conformar la tormenta perfecta para que, por un lado se haya normalizado su consumo y por otro, que sus consecuencias se hayan convertido en un problema de salud pública a nivel mundial, un problema a nivel individual y familiar, habiéndose perdido totalmente los límites saludables de su consumo, convirtiéndose en una verdadera adicción socialmente validada.

Los más injustamente expuestos son los niños. Incluso hoy, muchos padres se esfuerzan buenamente por no darle azúcares a sus hijos, pero no se dan cuenta que los niños están aprendiendo a comer chatarra y azúcares porque los ven a ellos y tarde o temprano se iniciarán porque copian el modelo.


Muchas personas hoy ya no saben dónde se encuentran los azúcares porque la industria los oculta y disfraza y por otro lado existe una confusión entre lo saludable, lo natural, lo industrializado y las cantidades de su consumo. Muchas veces mis pacientes creen que si es una fruta o un cereal natural o es una legumbre o una fruta deshidratada o bien un jugo de fruta hecho en casa, no tiene azúcar porque no es refinado.


Volver a la cocina, darse el tiempo de cocinar (muchas veces la preparación de un plato demora lo que demora el “delivery” en traer comida de calidad dudosa muchas veces), puede ser una buena estrategia para alimentar el circuito de la recompensa que solemos activar comiendo cualquier cosa, sin hambre, porque el hambre no era de comida , sino de la experiencia que desencadena la liberación de neurotransmisores del placer y de la felicidad.


Stéphanie Riedel, nutricionista biorreguladora y certificada en dieta antiinflamatoria, experta en muchas técnicas culinarias que incluyen ingredientes y recetas con baja cantidad de carbohidratos, pero además de buena calidad nutricional, nos ha regalado en este live varios tips y sugerencias para comprender el tema y hacer una transición desde las altas ingestas de azúcares hacia una carga glicémica razonable.

En resumen

  • Ella recomienda bajar la porción del alimento rico en carbohidratos en el plato y a la vez, aumentar la porción de los alimentos con más bajo índice glicémico.
  • debemos atrevernos a innovar, a ampliar la variedad de alimentos y probar nuevos sabores, evitando los “OCNIS”, es decir, los “objetos comestibles no identificados” que se encuentran en los alimentos procesados e industrializados.
  • Es importante incluir hierbas y aliños naturales que permiten mejorar el sabor de las comidas aportando con sus nutrientes y propiedades diversas, lo que no sucede con la sal sola o el glutamato monosódico que además es neurotóxico.

Vínculo con patologías ó condición clínica: Caries, obesidad, malnutrición, dismetabolismo, periodontitis, resistencia a la insulina, diabetes.

Grabación de entrevista

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