Los secretos de la aromaterapia para el día a día

Como mirar el lado positivo del stress que nos ocurre permanentemente en la vida, por la simple razón regalarnos la mirada de nuestras capacidades de adaptación, ya sea frente al eustrés o al distrés.

Invitada Denisse Ortiz Troncoso

Naturópata Profesional

Temáticas tratadas: Modulación del estrés, estado de alerta crónico o agudo

Sobre la entrevista

Hace ya muchos años que en ciencia se habla del estrés agudo, crónico, del distrés y del eustrés. Todas palabras para designar algo que vinculamos con estados de alerta permanente o simplemente de un mecanismo de adaptación a las situaciones de peligro de la vida cotidiana que ocurren y se va una vez que la amenaza desaparece.

Designamos como estrés el estado negativo de éste, sin embargo el estrés puede ser negativo o positivo, en el sentido de nuestra capacidad de control y resolución (eustrés)  o de sentirnos desbordados, sobrepasados y atropellados por éste (distrés).

Una invitación a mirar el estrés como una oportunidad

Las palabras eustés y distrés derivan realmente de las utilizadas en inglés, que son  eustress y distress. Para brindarnos esta oportunidad de ver el lado positivo de este fenómeno que nos ocurre permanentemente en la vida hago una invitación a utilizar ambas palabras en cada uno de sus sentidos en vez de englobar todo en el “estrés” como se usa habitualmente, como si éste fuera del todo negativo. Por una razón muy simple y es que es justo regalarnos la mirada de nuestras maravillosas capacidades de adaptación, ya sea frente al eustrés o al  distrés. 

¿Qué es entonces el eustrés?

El eustrés por sí solo implica que hemos echado a andar,  dentro de una gama amplia de herramientas metabólicas y de multirespuestas, nuestras capacidades innatas y las aprendidas de mecanismos que nos permiten salir del estado de alerta que nos provoca una situación cotidiana determinada. Por ejemplo, vamos al dentista por un control, tenemos una sensación de ansiedad antes de llegar y en los minutos de permanencia en la sala de espera, pero conversamos con nuestro odontólogo, encuentra algunas situaciones clínicas abordables fácilmente, tenemos un diagnóstico y una propuesta de tratamiento que comprendemos, nuestro odontólogo es claro , positivo y amable, salimos de la consulta sin inquietud, sin ansiedad y volvemos incluso contentos a casa. En este ejemplo resolvimos de manera muy simple una situación que no alteró nuestra vida cotidiana.

¿Qué es el distrés?

 Por el contrario, en distrés nos altera la vida, nos mantiene en alerta, con una diversidad de emociones negativas que nos ponen de mal humor, mantenemos una ansiedad o mucho más que eso, incluso podemos no dormir bien o alterar nuestro apetito por un tiempo prolongado. Por ejemplo, nos sangran las encías hace varios días, tenemos en la familia una historia de algún familiar querido que recibió un diagnóstico muy demoledor cuyo motivo de consulta fue el sangramiento crónico de encías en su momento. Pedimos una cita con el dentista de confianza, éste acaba de salir de vacaciones, decidimos esperarlo por tres semanas. No logramos encontrar tranquilidad durante esas tres semanas, vamos a la consulta odontológica asustados del diagnóstico, el odontólogo nos deriva al médico porque no encuentra razón odontológica muy clara, sólo para descartar alguna sospecha, con eso aumentamos la ansiedad y el miedo, a esa altura no logramos estar en equilibrio. Nuestro sistema neurovegetativo no logra salir de la alerta.

La mayoría de las veces resolvemos solos, pero en ocasiones buscamos ayudas adicionales sencillas pero efectivas.

Ésta y muchas otras situaciones cotidianas pueden hacernos mover entre el distrés y el eustrés. La gran mayoría el distrés en cuestión consiste en sucesos simples. Otras, nos conducen a buscar alguna ayuda .

Son muy variadas las situaciones que nos conducen a buscar ayuda. Ya sea que necesitemos una ayuda profesional especializada porque el diagnóstico sea multifactorial y muy complejo (burnout por ejemplo), ya sea algo mucho más simple, existen numerosas técnicas y posibilidades tales como terapias muy diversas como posibilidad única o como ayuda complementaria , como una conversación oportuna con un profesional, contar con algún familiar o amigo que nos escuche y aconseje, medicación con fitoterapéuticos, homeopatía, acupuntura, meditación,  terapia floral u otros . Uno de esos “otros” es la aromaterapia de la que conversamos en esta entrevista, de manera muy amena y con la calidez que caracteriza a Denisse Ortiz. La aromaterapia, combinada con otras terapias o no, que de cualquier manera debe ser dirigida por un profesional competente y capacitado, si bien puede no reemplazar tratamientos médicos farmacológicos, puede permitir ya sea por sí sola o bien como complemento volver a encontrar un equilibrio. La aromaterapia, como cualquier terapia que requiere de una formación educativa por parte de quien prescribe, tiene riesgos sólo si es mal aplicada por personas no preparadas y ciertamente , no debería ser automedicada.

La visita al odontólogo , para muchas personas es una fuente de eustrés, pero éste puede llevarse mucho mejor en casa o en la consulta del odontólogo con alguna preparación aromaterapéutica.

Grabación de entrevista

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